Atenas, Grecia

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Conociendo el puerto de Microlímano

Consejos para viajar a Atenas

Si estás planeando un viaje a Atenas, es muy probable que ya tengas anotados lugares como la Acrópolis, Plaka o el Ágora en tu itinerario. ¡Y con razón! Pero dime una cosa… ¿Has oído hablar de Microlímano? Lo más seguro es que no, y no te preocupes por ello: este es uno de esos rincones que los que vivimos aquí aún guardamos como un secreto muy bien escondido.

Microlímano es un pequeño puerto ubicado en pleno corazón del Pireo, ese otro mundo costero que a menudo pasa desapercibido para quienes visitan Atenas por primera vez. Pero créeme, merece una visita. Hoy quiero invitarte a descubrir este rincón encantador, ideal para una escapada rápida, sobre todo si quieres experimentar una cara más auténtica y relajada de la ciudad.

Un paseo junto al mar

El nombre Microlímano significa “pequeño puerto” en griego, y no puede estar mejor puesto. Se trata de una diminuta bahía en forma de media luna, rodeada de casas blancas y tabernas tradicionales que parecen haber salido de una postal. Su atmósfera tranquila lo convierte en el lugar perfecto para quienes desean alejarse un poco del bullicio de la capital.

Nada más llegar, lo primero que te atrapará es el reflejo de los barcos sobre el agua cristalina. Yates, pequeñas embarcaciones de pesca… todos parecen bailar al compás de las olas. Si lo visitas temprano por la mañana, podrás ver a los pescadores locales preparando sus redes, una escena que recuerda a los pueblos marineros de antaño.

El paseo marítimo es ideal para caminar, sobre todo al atardecer. A medida que el sol se esconde y tiñe el cielo de tonos rosados y dorados, las luces de las tabernas se van encendiendo poco a poco, creando un ambiente casi mágico. Si viajas en pareja, este es uno de esos sitios donde no hace falta hablar: basta con sentarse a mirar el vaivén de los barcos, tomados de la mano, y dejarse envolver por el encanto del lugar.

Además, encontrarás bancos donde descansar, leer un libro o simplemente observar la vida pasar. A veces, hasta hay músicos callejeros que acompañan la escena con melodías suaves, añadiendo una banda sonora inesperada y preciosa.

Comer bien (y con vistas)

Uno de los mayores placeres de Microlímano es su oferta gastronómica. Aquí las tabernas de pescado y los restaurantes frente al mar son los grandes protagonistas. Imagínate esto: estás sentado a la mesa, con una copa de vino blanco bien frío, el mar a pocos metros y un plato de kalamarakia (calamares fritos) recién hecho frente a ti… ¿Hay algo mejor?

Si te gusta el marisco, no dejes de probar las gambas saganaki, preparadas con tomate y queso feta. ¡Una delicia! Y por supuesto, acompaña con un vasito de ouzo, ese licor anisado tan típico de Grecia, que no puede faltar en una buena comida costera.

Las tabernas locales mezclan tradición e innovación en sus platos, y siempre utilizan productos frescos. Eso sí, si vas en fin de semana, mi recomendación personal es que reserves con antelación, porque suelen llenarse rápido.

El puerto de Microlímano por la noche

Muchos restaurantes tienen carta en varios idiomas, y no es raro que algún camarero hable inglés. Además, gracias al clima templado de Atenas, es posible comer en las terrazas durante gran parte del año. Comer frente al mar, con la brisa en la cara, es uno de esos lujos sencillos que se graban en la memoria.

No solo de paseos vive el viajero

Aunque Microlímano destaca por su calma, también tiene opciones para quienes buscan algo más activo. Si te gusta el deporte, puedes alquilar un kayak o una tabla de paddle surf para recorrer la bahía desde otra perspectiva. Hay pequeñas empresas locales que ofrecen este servicio desde 15€ la hora, con opción de excursiones guiadas por la costa.

Y si eres más del tipo curioso, te encantará saber que este lugar tiene historia. En la antigüedad, Microlímano era conocido como Puerto Mounichia y era uno de los tres grandes puertos del Pireo. Aún hoy puedes encontrar restos de su pasado, como partes de las antiguas murallas que protegían la bahía.

¿Te interesa la historia? Entonces aprovecha para visitar el cercano Museo Arqueológico del Pireo, que queda a solo unos minutos en coche o transporte público. Allí podrás entender mejor la relevancia histórica de esta zona portuaria.

Durante los meses de verano, Microlímano también acoge eventos culturales y conciertos al aire libre, donde la música en vivo se mezcla con el murmullo del mar. Algunos restaurantes incluso organizan noches temáticas con música griega tradicional. Créeme, ver el atardecer con música en directo y un plato de mezedes delante es un plan inolvidable.

¿Cómo llegar a Microlímano?

Llegar hasta aquí desde el centro de Atenas es más fácil de lo que parece.

  • En coche: solo tienes que tomar la avenida Posidonos y seguir las señales hacia el Pireo. Hay varios parkings cerca del puerto, aunque en temporada alta puede costar un poco encontrar sitio.
  • En transporte público: la línea 1 del metro te lleva hasta la estación de Faliro. Desde allí puedes tomar un autobús o, si te animas, caminar unos 20 minutos hasta el puerto.
  • En taxi: una opción cómoda, especialmente si no quieres preocuparte por orientarte. Desde el centro de Atenas, el trayecto dura entre 15 y 20 minutos y cuesta entre 10 y 15 euros.

¿Una idea para aprovechar el día? Puedes combinar tu visita a Microlímano con una parada en el estadio Karaiskakis o en el centro comercial Marina Zeas, que están muy cerca. Ideal para los que quieren sacarle el máximo jugo a su escapada.

Microlímano, ese lugar donde el tiempo se detiene

Lo que hace especial a Microlímano no es solo su belleza ni su gastronomía, sino la sensación de paz que transmite. Es de esos lugares donde el tiempo parece ir más despacio. Donde puedes simplemente sentarte frente al mar y dejar que pasen los minutos sin hacer nada… y aun así sentir que lo estás aprovechando al máximo.

No importa si viajas en pareja, con amigos o por tu cuenta: Microlímano tiene algo para cada quien. Es una excelente opción si buscas experiencias más auténticas y te gusta alejarte de los caminos turísticos habituales. Además, es un sitio muy seguro y frecuentado por locales, lo que le da un aire aún más acogedor.Así que ya lo sabes, estimado viajero: si necesitas una pausa del ritmo acelerado de Atenas, piensa en Microlímano. Un puerto pequeño en tamaño, sí… pero enorme en encanto. Una joya escondida que, cuando la descubras, seguramente te robará el corazón. Y como suele pasar con los buenos secretos, querrás volver a por más.

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